FUNDECORF UTESA

Acerca de Ramón Francisco

Ramón Francisco su Historia


Nació el 21 de octubre de 1929 y falleció cristianamente el 5 de agosto de 2004 a la edad de 74 años.

Licenciado en Ciencias Comerciales otorgado por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Fue presidente y miembro permanente del Instituto de Contadores Públicos Autorizados de la República Dominicana incorporando en su momento a esta institución por primera en los acontecimientos sociales producidos en el país durante la década del 1960.

Durante muchos años profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en  la  facultad  de  Ciencias  Económicas,  y  de la Universidad O & M. En la primera de estas universidades fue el primer director de la Escuela de Contabilidad, cargo que desempeño por varios años, en donde creó el manual de texto de costos en dicha facultad.

Socio fundador de la sociedad de firmas de auditoría.
Presidente de la comisión de Principios de normas y Procedimientos de Auditoria.
Fue Director de la Boletín Digital del Contador.

Colaborador de varias revistas nacionales e internacionales; así como charlista invitado en numerosas ocasiones a conferencias y seminarios relacionadas con la profesión.

Además de su prolija trayectoria  profesional desempeñó  importantes posiciones públicas, tales como subsecretario de Estado de Finanzas, en cuya capacidad y como parte de sus labores asignadas, dirigió la Junta Monetaria del Banco Central de la República Dominicana. En el área de la actividad comercial-económica privada fue Contralor General y Presidente por un tiempo del Consejo Directivo de la Sociedad Industrial Dominicana.

En 1957, el Lic. Francisco fundó la Firma de Auditores, Consultores y Asesores Impositivos Francisco & Asociados, de la cual fue Socio Director hasta su deceso. A través de la firma fue miembro del grupo internacional Ernst & Young International. La firma Ernst & Young, principal de este grupo, es una de la cinco más grandes empresas del mundo, dedicada a esta clase de servicios.

Fue Presidente fundador de la Fundación Dominicana de Educación Continua, una organización sin fines de lucro, incorporada de conformidad con los requerimientos de la ley No. 520 y dedicada a patrocinar instituciones de educación en el país.

En homenaje póstumo le fue concedido el 17 de mayo de 2005 el Premio Juan Pablo Duarte a la Excelencia del Contador en su primera versión.

Además de su desempeño en el área comercial, económica y financiera, fue miembro de la comunidad literaria y artística del país, habiendo publicado, unos seis libros de poesía, crítica literaria y artística y estudios sobre el hombre dominicano, su cultura y la religiosidad popular, dejando un importante legado a las futuras generaciones tanto en el área financiera como literaria.

Se da a conocer en 1952 con Los Juglares, agrupación que presidía Manuel Valerio y de la que llegará a ser uno de sus directores.

Sus compañeros de grupo eran Rafael Astacio, Pedro Guzmán Perdomo y Tomás Pujols Sanabia. Luego se le verá, tardíamente, entre los directores del El Silbo Vulnerado. Posteriormente fue miembro de, El Puño, agrupación cultural que aglutinó, entre otros, a Miguel Alfonseca, René del Risco, Armando Almánzar, Norberto Santana, José Ramírez Conde, Jeannette Miller, Antonio Lockward y Marcio Veloz Maggiolo. Este último ha estudiado con detenimiento a Francisco, debido a un largo proceso de amistad que los vincula.

La música popular le sirve de apoyo a Ramón Francisco para intentar reflejar nuestra realidad. Fragmentos de merengues y pregones, aun con sus notaciones musicales, se reiteran a lo largo de su oda, La patria montonera, lo que le ha permitido al autor, además, hacer galas de sus excelentes cualidades declamatorias en lecturas públicas de sus poemas. Después de la tumultuosa experiencia de las odas, Ramón Francisco profundiza el mundo de los mitos afroantillanos llevado por una aspiración que lo hace interrogar el lado oscuro de la existencia para convertirla en un asidero que lo lleva a la verdadera creencia.

Todo esto es lo que nos permite interpretar el salto que se produce casi un salto en el vacío en la obra de este autor, cuando publica en el suplemento cultural de El Caribe un poema inusitado que recrea diversas partes del ritual católico de la misa.